Dra. Amalia Arce

Diario de una mamá pediatra

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De ballestas y niños adolescentes

22/04/2015 por Amalia Arce 6 comentarios

Me resisto a menudo a tratar en el blog temas que por su trascendencia y repercusión mediática están muchos días de rabiosa actualidad. No tanto porque no tenga mi propia opinión sobre muchas cosas de las que pasan como porque muchos no tienen relación con mi vida pediátrica y porque al final parece que todos seamos «expertos» en nada.
El asesinato de un profesor a manos de un chaval de 13 años del IES Jaume Fuster del lunes me ha impactado de forma especial. No solamente por la corta distancia geográfica a mi minimundo, también porque la realidad escolar de esas edades me queda muy cercana.
Como pediatra pero también como madre, me genera profundas reflexiones pensar en cómo se puede llegar a una situación así, y sobretodo, qué se puede hacer para que no ocurra.
En la televisión -y también en otros medios- a la noticia se le dan vueltas y vueltas, aparecen los dimes y diretes, las especulaciones y declaraciones de unos y otros, en un rosario de repeticiones siendo altamente probable que nunca lleguemos a conocer toda la verdad. Como en tantas otras cosas.
Me apenaron bastante, y seguramente es el motivo principal para escribir este post, las declaraciones de la consellera Rigau, donde alegaba para explicar los hechos que lo que le había ocurrido al chaval era un brote psicótico. Todo eso, afortunadamente sin que los profesionales sanitarios se hayan manifestado (algo que -no por ser lógico por la protección del menor y el secreto médico- es loable en los tiempos que nos ha tocado vivir). Decir que la causa es un brote psicótico la exculpa rotundamente a ella, a la comunidad educativa y secundariamente a todos nosotros como sociedad. Pobre loco. Y mañana todo seguirá igual y podremos volver a mirar hacia otra parte. 
Es cierto que lo ocurrido es un hecho aislado. Pero no es cierto que no haya conflicto en las clases y en los institutos. En el momento en el que no se puede reconocer ni prevenir que algo así va a suceder, algo está pasando. Seguramente los recursos necesarios para atender a los chavales en su individualidad, en sus diferencias y en sus necesidades no son suficientes. 
Un brote psicótico puede tener consecuencias drásticas. Pero o mucho se me han olvidado mis conocimientos de Psiquiatría, o las cosas no ocurren habitualmente de un día para otro. Así porque sí. Una persona que hace un brote psicótico lleva días funcionando de forma extravagante o «diferente». Que me corrija alguien si sabe más que yo…
Por otro lado: la familia. ¿No habían detectado nada extraño? Sin olvidar la circunstancia del acceso a una ballesta. A mí no me parece muy normal.
Los problemas mentales y los trastornos de personalidad no son exclusivos del adulto. Los pediatras vemos a diario niños y niñas, también adolescentes, que desde los más tiernos años tienen problemas. A veces severos. Hace unos pocos días una compañera nos contaba horrorizada cómo se había comportado de madrugada un niño muy pequeño con una conducta claramente antisocial. No era un maleducado, era otra cosa mucho más seria. Y una madre desbordada, que seguramente tenga pocas puertas a las que llamar. La sociedad le da la espalda. 
Seguramente el debate se centre en los próximos días en qué va a pasar con el chaval, en darle vueltas y vueltas a la edad penal y seguramente al desarrollo de la madurez moral -aunque para la mayoría es evidente que un chaval de 13 años sabe perfectamente lo que hace-. Así que nos vamos a centrar en el castigo. Mi humilde opinión es que la pregunta que nos tendríamos que hacer no es qué va a hacer la sociedad ahora con o por ese niño de vida sesgada, sino qué (poco) ha hecho por él hasta ahora. 

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Archivado en: Mis reflexiones Etiquetado como: adolescencia, adolescente, brote psicótico, código penal, colegio, educación, homicidio, Instituto, legal, noticia, psicosis, psiquiatría infantil

Comentarios

  1. isuka dice

    22/04/2015 en 08:03

    Tienes toda la razón, los medios de comunicación, como siempre, sólo quieren sacar el morbo y no profundizan ni esperan a que se evalúe al chico. Me ha venido un escalofrío al recordar a los EEUU y sus matanzas en institutos, menos mal q aquí las armas de fuego están más controladas. Pero vete tu a saber si el chico estaba sometido a algún tipo de bulling por compañeros, o con mucha presión y no ha sabido gestionar sus emociones. Ha sido una tragedia que debería hacernos valorar si el sistema funciona o hace aguas

    Responder
  2. Bernard Marx dice

    22/04/2015 en 08:31

    Pensar en que se ha hecho por el hasta ahora se hace, pero solo para limpiar conciencias.
    La responsabilidad de las comunidades educativa, médica, política o judicial cambia según la vara de medir de él que escribe; o peor aún según sus fines.

    No nos ensañemos con las otras víctimas: los padres, la hermana, los alumnos, profesores y médicos.
    Es fácil ahora señalar qué no era normal.
    Que levante la mano todo aquel que tenga control total sobre su hijo adolescente,que sepa todos sus secretos, aquel que garantize la total ausencia de armas en el entorno y aquel que ante alguien querido con problemas no piense que no es para tanto.

    Lo duro es reconocer que la perfección no existe, que esto se puede minimizar pero no evitar y que ante algo que no podemos entender es mejor no opinar.

    Responder
  3. Naiara dice

    22/04/2015 en 09:14

    Cuanta razón Amalia. Has dado en el clavo con respecto al comentario sobre la Consellera Rigau, estaba loco, ya está.
    Yo no lo tengo tan claro. Que ha vivido este niño en clase para hacer algo así? Acaso sufría acoso escolar, era ninguneado por sus compañeros, profesor, presionado por su actitud en clase o por que no era como los demás? Se sentía "el distinto", sentía que no le querían? Dicen que era un niño muy sensible, es posible que lo que los adultos u otros niños sientan como bobadas, a él le dolieran especialmente. Sé lo que es sentirse diferente y "fantasear" con hacer algo así, quizás si llevas un periodo muy desesperado, decidas que se acabó y que no vas a sufrir más, que a la mierda con todo. Sientes que nadie te ha ayudado, te sientes marginado, se rien de ti (quizás siendo una sensación intima personal que no compartan el resto de compañeros y profesores o incluso tus padres) y solo sufres en el colegio… Sólo el puede saber por qué lo hizo.

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  4. Uma dice

    22/04/2015 en 17:28

    no minusvaloremos a la persona de 13 años que lo ha hecho…no todo es culpa del entorno.
    en la generacion de mi padre habia niños que trillaban en el campo de sol a sol con 6.
    una compañera de cole se puso a trabajar pasado 8º (creo que son 14a) y a administrase sus gastos.
    -Muchos son los que han sufrido acoso y no hsn matado a nadie.
    si ha sido un brote psicotico lo tendran que decir los expertospero me da a mi q un brote no se contiene con palabras…un ataque de rabia adolescente mal gestionada si.
    tal vez el error que cometemos sea la sobreproteccion…los 30 son los nuevo 20 y los 40 los nuevos 30…y los 13 los nuevos 6?…la madurez se va retrasando…y lo vamos consintiendo…
    no se…es sobre lo q reflexiono ultimamente

    Responder
  5. Yaiza dice

    23/04/2015 en 19:50

    Amén Amalia.
    Lo de la consellera patético y salvando su culo…y lo de la prensa morbo y más morbo 🙁 .

    Responder
  6. sharini dice

    29/04/2015 en 07:18

    Como madre de una niña de casi 13 años, me preocupa mucho este tema. Casi todos los comentarios que habeis hecho llevan razón, el entorno condiciona a los adolescentes, la sobreprotección tambien. Es posible que el acoso provoque esto?, puede ser. Pero el acoso no es moderno, tengo 44 años y ya en la escuela se acosaba a todo el que no era como el grupo de guays pensaba que debian ser los demás. Para mi, una niña gordita y con gafas, eso era acoso. Mis padres cuando suspendía no le montaba el pollo a los profesores, sino a mí, y me intentaron educar sin violencia pero aprendiendo a defenderme o a evitar situaciones comprometidas. Mi hija tambien se ha encontrado con esto en el cole y el instituto, y he intentado hacer lo mismo que hicieron conmigo, tambien he pedido ayuda profesional, porque muchos días se me escapaba la situación de las manos, y mi hija está aprendiendo a afrontar los problemas como debe ser. También añado que lo que los padres consentimos que hagan los hijos en sus ratos de ocio, es muy importante. Me refiero a lo que ven en la tele, juegos, amistades. Vivimos en una sociedad hipócrita, en la que nos escandalizamos si sale un señor en pelotas pero no de que jueguen a un videojuego de guerra o zombis. Quizás si todo el mundo estuviera más concienciado de que los niños son esponjas desde que nacen y controlaramos el entorno, sin exagerar pero sin dejarlo estar como si nada, quizás entonces evitaríamos casos como este.
    Gracias

    Responder

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