Diario de una mamá pediatra
Médico pediatra de formación y ejercicio, llevo desde el año 1999 visitando a los niños y a sus familias.
En el año 2009 empiezo a investigar y aprender en el mundo digital aplicado a la salud, incrementando mi experiencia en el uso de las redes sociales, el márketing digital y la agilización de procesos gracias a las nuevas tecnologías, así como su impacto en la gestión sanitaria.
Mi consulta de Pediatría está en Món Pediàtric en Poblenou. Visito en diferentes franjas horarias, a horas convenidas. Contacta en el 93.823.55.82 para concertar tu cita.
Si quieres ponerte en contacto conmigo puedes escribirme un e-mail a diariodeunamamapediatra@gmail.com
También puedes encontrarme por las redes: En twitter soy @lamamapediatra y mi página de facebook es también «la mamá pediatra«
11 noviembre – 4ª Trobada Pediàtrica Solidària Fundació Hospital de Nens de Barcelona. Presentación: «Mitos y leyendas en Pediatría».
16 noviembre – Consultorio Suavinex en las redes sociales
18 noviembre – Crianza entre pantallas. Sesión para familias en el Congreso de la Sociedad Española de Pediatría Social. Casal Cívic Ca n’Aurell. Plaça del Tint, 4. Terrassa.
16 enero 2018 – TIC para pediatras. Sesión Servicio de Pediatría Hospital Joan XXIII
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Hola, soy nueva por aquí, hace poco tiempo que he descubierto tu blog pero literalmente estoy enganchada a él… La entrada de hoy me parece muy interesante ya que (me incluyo) cuando vas al pediatra lo que buscas (consciente o inconscientemente) es que te escuchen y escuchar. Si te recetan o no algún medicamento (en mi caso principalmente Ventolín, Júlia padece de bronquitis…) pasa a un segundo plano, principalmente es la "charla" con el pediatra lo que te ayuda más y te tranquiliza en esta carrera de obstáculos (de mocos, toses, fiebres…) que hemos compartido (y le doy toda la importancia que se merece esta palabra) en este primer año de Júlia.
Qué alegría leer este tipo de noticias. A veces da la impresión de que este tipo de cuestiones se pierden en las consultas. Un abrazo
En pediatría creo que a veces es mas importante saber tratar a los padres que a los pacientes. Como dice Laia a veces si el pediatra te explica las cosas correctamente, eso te tranquiliza. Al fin y al cabo somos nosotros los que mas sufrimos y mas nos preocupamos por cualquier dolencia de nuestros hijos.
En ocasiones he tenido que ir a algún especialista con los niños y francamente por muy buenas referencias que tenga de el, si el trato no me ha parecido bueno, no me ha gustado nada. Creo que saber escuchar tanto a pacientes como a padres (en el caso de la pediatría) es básico para que cualquier dolencia se perciba como algo menos grave y que provoque menos ansiedad en la familia.
Felicidades por el blog!!
Por suerte hay médicos, pediatras etc… que se están dando cuenta de que hay que humanizar todo lo referente a la salud. Tanto en el parto, como se hablaba el otro día como en cualquier consulta. Es increíble que muchas veces el menor, o incluso el bebé tenga que entrar solo en el nido para una prueba, o el niño tenga que pasar solo a que lo exploren o lo que sea, sin la referencia de su madre o su padre para darle tranquilidad. En algunos casos los médicos aducen que se los niños se ponen más nerviosos… (a mi nunca me ha pasado eso) yo creo que los que se ponen más nerviosos son ellos. No dudo que haya padres que se pongan nerviosos y trasmitan esos nervios a los niños, pero seguro que es la excepción y siempre se les puede invitar amablemente a retirarse un ratito. Pero la gran mayoría se tranquilizan en presencia de los padres, su nivel de estrés es menor, incluso aunque se quejen más… Es que antes los padres tienen la libertad de quejarse.
A veces yo creo que simplemente es por que el médico se siente más libre sin los ojos de los padres encimam, sin preguntas, sin tener que explicar… Pero es mucho más humano tener que explicar, contar lo que se le está haciendo al pequeño.
Cuando mi hijo pequeño tenía dos años tuvimos que hacerle un análisis en un hospital madrileño y la enfermera que era una rancia, estaba empeñada en que no le pusiera al pecho a mi hijo; llegó a decir que tenía que estar en ayunas, como si lo que tomara durante el análisis fuera a hacerle la digestión instantáneamente. El niño se puso nervioso, yo me puse nerviosa… el análisis salió en parte mal porque se microcoaguló la sangre.Sin embargo le repetimos el análisis a los tres meses en el ambulatorio… y la enfermera me animó a ponerle al pecho: ¡estupendo tetaanestesia! El niño ni se quejó en el pinchazo y el análisis salió perfecto. Es la diferencia entre una profesional rancio, rígido, de miras estrechas y una profesional humana y flexible.
La tecnología está muy bien para lo que es… pero el resto es trato de persona a persona y nada más.
Fíjate si estoy de acuerdo contigo que tengo previsto abandonar la sanidad pública en los próximos meses y abir mi consulta privada. Precisamente porque no puedo ejercer la pediatría de la palabra en el ambulatorio con mis 4 minutos por paciente. Una pena para mis madres del SAS pero un gran paso para mí como profesional. Por fin voy a ejercer de médico!!. Ya estaba harta de hacer de administrativa.