Dra. Amalia Arce

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¿Piercings? No, gracias

15/03/2012 por Amalia Arce 11 comentarios

Hace unos días, visité en Urgencias a una niña  preadolescente de tan sólo 12 ó 13 años. Venían porque la familia quería saber la historia de un piercing que la niña se había puesto en el ombligo y a ser posible que se lo quitáramos.
La historia tenía tela marinera, porque el agujerito en cuestión se lo habían hecho a sí mismas un grupo de niñas de la misma edad con unas agujas, que no sé si compartieron o no, pero que en cualquier caso tenían un origen dudoso. Así que se juntaron dos conductas de riesgo, a cuál peor: el uso de agujas compartidas o no con riesgo de estar contaminadas y la colocación de un piercing, que puede dar problemas iniciales si la técnica no es muy ortodoxa (ni estéril) y obviamente a largo plazo.
El pincharse con una aguja con riesgo de estar contaminada no es un motivo de consulta muy frecuente. De hecho creo que los que más nos pinchamos con agujas que han estado en contacto con fluidos corporales (sangre principalmente) solemos ser personal sanitario. Dentro de los programas de riesgos laborales, siempre se trata este aspecto de manera especial, pues de vez en cuando, ocurre.
Los niños también a veces se pinchan con agujas abandonadas. La mayoría de veces de forma accidental y en otras ocasiones, como mi paciente del otro día, con sus aventuras adolescentes. Antiguamente cuando la población de heroinómanos en nuestro medio era desgraciadamente muy superior a la actual, en muchos rincones de la ciudad (o en las playas…) no era inusual encontrarse jeringuillas tiradas. Y cualquier objeto abandonado puede ser un juguete para un niño.
Los tres virus que con más posibilidad pueden originar problemas en estos casos son el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) y los virus de la hepatitis B (VHB) y C (VHC). Cuando ha habido un pinchazo accidental con una jeringa se busca la posibilidad de infección y eso origina estudios seriados, ya que inicialmente uno puede infectarse, sin tener manifestaciones clínicas ni cambio en la condición de los anticuerpos. Para tranquilidad vuestra os diré que los virus, en especial el del VIH sobrevive poco al aire (el de la hepatitis un poco más). Para que se produzca infección entonces, debe ser una aguja que ha sido utilizada hace poco, aunque el problema es que ante un objeto abandonado uno no puede saber cuánto tiempo ha pasado desde su uso. De hecho el riesgo de infección es más alto entre el personal sanitario puesto que el contacto con la posible sangre contaminada suele ser con menor margen de tiempo. Y era muy elevado entre heroinómanos porque en pocos segundos la aguja pasaba de un usuario a otro (recordemos que inicialmente fue el principal colectivo infectado por el VIH por esta práctica extendida de compartir jeringuillas).
Otras veces no se llega a saber si realmente ha habido un pinchazo con la jeriguilla encontrada. La familia se encuentra al niño manipulándola y puede que no haya habido pinchazo realmente (que es lo que tiene riesgo).
En cuanto al tema de los piercings, por lo general me resultan antipáticos. Lo son totalmente desde mi perspectiva sanitaria. Dan muchos problemas, más de lo que pueda parecer, a pesar de que los pediatras por suerte no los vemos demasiado. Aunque todo se andará, con lo rápido que quieren ir en todo nuestros chavales. Os recomiendo leer este artículo divulgativo de El Mundo de hace unos días, donde detalla los problemas que pueden surgir en función de la localización. Así que a priori, mejor pensárselo un poco.

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Archivado en: Urgencias de Pediatría Etiquetado como: adolescencia, aguja, conductas de riesgo, enfermedad de transmisión sexual, heroína, HIV, jeringuilla, piercing, pinchazo accidental, Urgencias, VHB, VHC

Comentarios

  1. Anónimo dice

    15/03/2012 en 07:32

    Y los "piercings" en las orejas que se les hace a las niñas al poco de nacer, ¿son recomendables?
    Supongo que el riesgo de desgarro siempre está ahí…
    ¿Qué opináis los pediatras? ¿Cuál es la edad recomendable para hacerlos si es que es "bueno" hacerlos?

    Responder
  2. Esther dice

    15/03/2012 en 07:32

    Me parece un poco pronto para unas niñas de 10-12 años que se hagan piercings en el ombligo, pero ¿que se lo hagan ellas mismas??
    Algo estamos haciendo mal.

    Responder
  3. El Baul De Ainhoa dice

    15/03/2012 en 10:16

    Como muy bien dices hace años cuando nosotros eramos pequeños no era inusual encontrarse agujas tiradas en cualquier sitio de hecho yo misma de pequeñita me encontre una jugando en la arena…por la duda mis padres me llevaron a mil cien sitios y me tvieron que hacer un tratamiento para evitar cualquier cosa.
    Los adolescentes me incluyo cuando yo lo era a veces no piensan en las consecuencias de sus actos pero gracias a dios tenemos gente responsable que les enseña el buen camino.

    Responder
  4. Drew dice

    15/03/2012 en 09:04

    Hola Amalia: Te leo a diario pero no suelo comentar, soy más bien una "alumna en la sombra" 🙂

    Hoy en cambio si me gustaría darte mi opinión, ya que yo llevo 2 piercings (eran 3, uno me lo quité) y 3 tatuajes.

    Creo que, como en casi todo, el problema está en que las cosas se pueden hacer bien o mal. Lo que ha hecho ésta niña a mi me parece una salvajada, tanto desde el punto de vista de compartir la aguja como en el de que la pincharan sus amigas. Creo que para hacerse un piercing o tatuarse se deberían seguir 3 normas clave:

    – Ser adulto (o estar cerca de serlo): Yo misma he escuchado como mi tatuador se negaba a hacerle un piercing en la nariz a una niña de 13 años, argumentaba que a esa edad el cuerpo todavía cambia y que lo que está bien hoy, puede no estarlo en 2 años, y que el no se responsabilizaba. Yo tenía 17 en mi primer piercing y 18 en el tatuaje.

    – Ir a un sitio profesional: No solo por higiene, si no por la correcta elección del piercing. Con el ombligo, estuvieron casi media hora midiendo, viendo, colocando… Todo para garantizar que el piercing se ponía donde tenía que estar, que estuviera recto, etc. En la lengua, estuvieron más de 15 minutos buscando el punto exacto. Creo que sobra decir que no me han dado ningún problema.

    – Sentido común: En el árticulo de El Mundo se habla de problemas de higiene por la acumulación de sarro en el piercing bucal. Con perdón por la expresión, es que hay que ser muy cerdo como para no limpiarlo. Periódicamente hay que quitarlo, limpiarlo, cepillarlo, enjuagarlo en un enjuage bucal… Vamos, es que a mi es algo que me parece lógico. En cuanto a las infecciones del ombligo, a mi me dieron unas pautas que incluían 2 curas diarias durante… 3 meses!

    Resumiendo, que creo que actuando con cabeza y con responsabilidad, se pueden reducir mucho el riesgo, que obviamente siempre existe. La pena es que siempre se habla más de los irresponsables que hacen locuras como éstas, que de los casos que salen como tienen que salir.

    Saludos y perdona el tocho 🙂

    Responder
  5. Anónimo dice

    15/03/2012 en 10:46

    Qué gran comentario el primero de este post! Piercings no, pero pendientes en las orejas de los bebés sí? Esto no es un poco contradictorio? De hecho, al leer tu post he pensado que estoy totalmente de acuerdo, pero al leer el primer comentario… me he dado cuenta de lo hipócritas que podemos ser!

    Responder
  6. Camilo dice

    15/03/2012 en 14:47

    Completamente de acuerdo con el comentario de Drew.

    Los piercings en sí son una costumbre que existe desde los albores de la humanidad. No están exentos de riesgo, es verdad.

    Sin embargo creo que lo que predomina sobre todas las cosas es más el miedo por parte de quienes no conocen a fondo los procedimientos estrictos que hay para hacer piercings bien hechos; y el exceso de familiaridad que algunos adolescentes y preadolescentes tienen al pensar que como se trata de algo cada vez más cotidiano, se lo pueden hacer ellos mismos con una aguja. Lo que es una imprudencia tremenda como bien indicas en el artículo.

    Con buena información y siguiendo los cuidados recomendados para evitar complicaciones la mayoría de los casos llevan a buen puerto.

    Responder
  7. Bere dice

    15/03/2012 en 17:20

    Totalmente de acuerdo con el post, y lógicamente con los comentarios. Aunque algunos que comentan defienden los piercing, pero son adultos y buscaron el lugar apropiado para hacérselos. A diferencia de los adolescentes que son (y fuimos) muy imprudentes.

    Con respecto a los aretes en las orejas, a mí también me gustaría saber tu opinión. Aca en México (como en muchos países) es lo más común que desde bebés se los hagan, y no se si puede haber algún riesgo, supongo que como en todo, alguna vez puede salir mal.

    En mi caso, como buena adolescente imprudente, me hice un segundo arete en la oreja, y no saben los problemas, aparte del regaño de mis papás, desde entonces no puedo usar cualquier tipo de arete (antes podía usar hasta los más corrientes). Después dejé de usarlo, jeje.

    Responder
  8. Sole Moeder dice

    16/03/2012 en 09:12

    Creo que el tema de los piercings como el de los tatuajes hay que separar la parte cultural y la sanitaria.

    Cultural: no le llamamos piercing a lo de las orejas de las niñas (que si se lo hace a un niño acabado de nacer que opinariamos?)pero lo que nos es ajeno a nuestra tradición lo vemos con más prevención. Es solo que no estamos acostumbrados. Veo la foto que preside el post y me asusto de mala manera.

    Sanitaria: Pues sí. La higiene y la profesionalidad sobre todo. Yo he sido testigo de compañeras con piercings y problemas (infecciones y demás) y no todas las partes son iguales ya que he visto el caso de una amiga que se tuvo que quitar el piercing de la lengua porque le causaba lesiones en el paladar.

    Claro que eso también podía ser porque la aconsejaron mal y se puso un piercing de metal, grande y pesado y en esa zona tal vez no era lo mejor.

    En una conversación con mi madre (más de 70) ella lo tenía claro: mejor un piercing que si te lo quitas acaba cerrandose que un tatuaje.

    En eso le doy la razón.

    Responder
  9. Anónimo dice

    22/03/2012 en 12:50

    Hola Amalia,
    Me encanta tu blog, alguna vez he hecho algun comentario pero como anónimo ya que no tengo usuario. Quería hacerte una pregunta en relación a uno de los temas que comentas. Hablas de la supervivencia de los virus al aire y quería consultarte por el de la Hepatitis C. El motivo es que limpia en mi casa una chica y hace poco me dijo que tiene Hepatitis C. Tengo dos niños pequeños y a veces me preocupa que si ella se hiciera algún corte, rasguño etc, no sé si podría quedar algun virus que entrañara un riesgo. Sé que en el contacto normal no pasa nada pero no es una situación muy rara hacerse un corte o algo así.
    Muchas gracias y saludos

    Responder
  10. amaliaarce dice

    22/03/2012 en 14:18

    Gracias por vuestros comentarios, en especial a los que hacen referencia al lugar y la forma de realizarse un piercing de forma segura si es que así se desea.
    En cuanto al último comentario, el riesgo por convivencia me parece ínfimo ya que las situaciones de riesgo que se pueden producir son extraordinarias.

    Responder
  11. carmen dice

    12/09/2017 en 23:01

    Hola, he llevado un piercing en el ombligo, decidi quitarlo hace unos meses (nunca me ha dado problemas). Peri ahora el agujero no cierra y se llena de material que ni me duele ni nada (material solido como el que se origi a en las orejas cuando llevas tiempo sin ponerte los pendientes). La cosa es que no puedo limpiarlo si no es volviendo a meter el piercing para sacar el material y me da un poco de mal rollo dejarlo. Mi pregunta: es peligroso dejar el material (ya que cada vez que lo limpio es como si volviese a abrir el piercing. Que seria lo mejor ha hacer en mi caso (ya no quiero llevar el piercing) gracias de antemano. Un saludo

    Responder

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