Al mal tiempo, buena cara. O como ha llegado el frío. Y también la gripe.

Ayer hizo un día de frío intenso en Barcelona. Hoy parece que la cosa va a continuar. Sin entrar en valoraciones personales, ya que el frío no me gusta y me acobarda, como mínimo la situación originó circunstancias diferentes a las habituales. A eso de las 12 del mediodía, recibí un e-mail del colegio, dando las indicaciones de Protección Civil donde recomendaban recoger a los niños antes de las 15 horas ante el riesgo de nevadas y dificultades asociadas.

Así que me fui a recoger a las nenas. En el colegio, ritmo frenético por la atención a los propios niños, a los padres que íbamos llegando y a las múltiples llamadas telefónicas, en un día claramente diferente de las jornadas escolares habituales. Esperé a que mis hijas acabaran de comer y recogieran sus cosas. Laia me recibió medio emocionada por la novedad y porque fue de las primeras de su clase en desfilar. La pequeña me regañó: «Mamá, por tu culpa, no he podido repetir espaguetis» (le encanta la comida del cole).

Después nos fuimos para casa y allí estuvimos toda la tarde. Ellas deseando que nevara para salir a tocar la nieve y yo aprovechando una tarde «libre» inesperada.

En otro orden de cosas, en el hospital la actividad en Urgencias ha disminuido un poco. El frío frena la frecuentación. Pero me temo que en los próximos días rebrotará con fuerza. Y más teniendo en cuenta que oficialmente en Cataluña, ha empezado la epidemia de gripe. La semana pasada, aunque no teníamos confirmación oficial, sí que teníamos la sensacion de que muchos de nuestros pacientes lo que tenían en realidad ya era gripe. Nada sorprendente pues los primeros casos suelen ser entre la población infantil, «explotando» posteriormente las estadísticas generales.