
Además de las quejas formales, escritas, no son pocas las personas que se quejan de palabra y durante la visita aprovechan para dejar caer la coletilla del tiempo de espera. Nosotros somos muy conscientes de la espera, pues constantemente en la pantalla del ordenador podemos ver exactamente la hora en la que el paciente ha llegado, su ubicación, su nivel de triaje, su motivo de consulta y su tiempo de espera.
Y suerte de esos momentos, porque de verdad que después de algunas de las últimas guardias si no fuera por todo esto (y algunas otras pequeñas cosas más que me guardo en el tintero), una tiene ganas de colgar los hábitos y dedicarse a la vida contemplativa. Y es que la viñeta de Forges que encabeza el post es tan representativa….que no sé cuántas veces la he utilizado por aquí. Y las que rondarán.
Prometo no quejarme más en los próximos días. Gracias por vuestra comprensión….
Por mi parte, si la queja sigue viniendo acompañada de anecdotas tan entretenidas y de la vision 'desde el otro lado' de unas urgencias, encantada de que te quejes
Bon dia i ànims, que feu molt bona feina!
Animo Amalia. Si es que lo describes muy bien…ombliguismo. Nos acercamos a urgencias, sin querer (porque al menos a mí es el último sitio que me gusta visitar por mí o mi familia) angustiados…y lo que es peor: olvidando que los demás también. Y algunos, seguro, con más razón que nosotros.
En todo caso, gracias.
La verdad que el trabajo cara al público, da para escribir una novela de varios tomos, además en vuestro caso, se une, los nervios de los padres, el tiempo de espera, el que los niños cuando están malos suelen estar mas cargantes de lo normal y la falta de educación generalizada de este pais. Todo ello hace una sopa que como diria un sobrino mio es radiactiva.
En fin mucha paciencia, que ya sabes es la madre de la ciencia.
Un saludo
María
¡Sigue quejándote! Es terapeútico; si no nos desahogamos de vez en cuando acabaríamos reventando. Lo que cuentas es la situación diaria en casi todos los hospitales, pero lo cierto es que la mayor parte de nuestros pacientes son agradables, educados y entienden bien las situaciones que se plantean. El problema es que los 4 ó 5 que te encuentras entre los 500 de una guardia que no lo son, son suficientes para amargarte el día, sobre todo en situaciones de mucha sobrecarga.
Me ha encantado tu post, gracias. Nosotros entendemos muy bien lo que has contado porque mi amor es medico residente de familia y le tocan todas suavizarías en puerta de urgencias. Hacéis un gran trabajo y aunque siempre hay alguna que otra oveja negra, sois unos valientes y unos currantes. Gracias!
Nos viene muy bien que te desahogues porque así tenemos la oportunidad de ver las cosas desde el otro lado y aprender a ser más empáticos con quién nos atiende en urgencias.
La verdad es que hace falta paciencia para trabajar "cara al público".
Cuando se acude a urgencias por cositas "no Urgentes" hay que saber esperar! pero esto muchas personas no lo entienden, he oído montones de veces amigos quejarsen: con lo que pago a la SS y que me traten así!! Amalia, hay personas ignorantes, mal educadas, incivilizadas y egoistas, pero creo que la mayoría de los que vamos a Urgencias nos portamos de manera cordial y esperamos como santos benditos!! No te dejes cabrear por 4 asalvajados!!
Muchos ánimos Amalia!
En casa también te leemos todos los días y estoy segura de que el 99,99% de tus pacientes están contentísimos de que seas su pediatra.
Muchas gracias por compartir con todos tus experiencias.
La gente tendría que asumir que las urgencias son precisamente para eso, para urgencias. Aquí, el menos en mi Bundesland (viene a ser el equivalente a provincia) está muy bien montado: a urgencias hospitalarias llegas solo en ambulancia o derivado por un médico normal. Para temas menores hay un "médico/pediatra de guardia" (y el sistema está muy bien, la única vez que yo he pisado las urgencias hospitalarias en España fue porque un simpático farmaceutico se negó a despacharme un analgésico sin receta y tenía un flemón en las muelas bárbaro… y así se lo conté a tu colega que se compadeció de mí). Claro que a veces también no sabes realmente como profano no sabes distinguir lo que es una urgencia de lo que no lo es (en el primer pseudokrup del niño, con cuatro meses, no sabía si lo que le pasaba era que se había tragado algo y por eso se estaba ahogando así que me fui derecha al hospital, pague el pato de la inexperiencia… pero vamos, intenté tocar las narices lo menos posible).
Un supersaludo