
- Fármacos que con muy pequeñas dosis pueden tener toxicidad muy elevada (por ejemplo los antiarrítmicos o algunos antidepresivos)
- Fármacos con los que no suele ocurrir nada (anticonceptivos orales, amoxicilina)
- Fármacos que tienen un margen muy amplio (ibuprofeno, paracetamol)
- Fármacos que tienen antídoto
Con los fármacos también hay posibilidad de «accidentes a dúo». Y os explico un ejemplo. Mi hija mayor siempre ha sido muy mala para tomar fármacos. Además es muy prudente. Nunca he tenido percepción de peligro si los medicamentos quedaban a su alcance. Mal hecho por lo que veréis que pasó. Cuando nació la pequeña, era invierno, ella era un poco canija y estaba con lactancia materna exclusiva. Con la pediatra del ambulatorio acordamos darle unas semanas suplemento de vitamina D. La vitamina D está implicada en el metabolismo del calcio y es de vital importancia para evitar el raquitismo. Tenía yo las gotitas preparadas cuando me llamaron por teléfono….Cuando volví, Laia estaba volcando el potecito en la boca de su hermana pequeña…..Suerte que el mecanismo era gota a gota y no estaba manipulado, sinó hubiera tenido riesgo de intoxicación. Aprendí que había que extremar todavía más las precauciones: con dos hijos, el riesgo es más del doble.
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