El interés en clasificar los enfermos surge sobretodo a partir de las masificaciones en Urgencias y de la alta presión asistencial. La gran mayoría de la patología que vemos en Urgencias ni es grave ni es realmente urgente, pero los profesionales queremos estar seguros de que entre medio de una sala de espera atiborrada no haya un paciente que realmente necesite una atención inmediata o relativamente rápida. También dentro de la «no urgencia» hay niveles de gradación, no es lo mismo un recién nacido esperando en la sala de espera que un adolescente. Los sistemas de clasificación de los enfermos se idearon hace bastantes años y se basan en la medicina del adulto. En España está extendido el Sistema Español de Triaje, que se basa en el Modelo Andorrano, que tiene un prestigio consolidado. En pediatría no existen modelos y los hospitales pediátricos que lo han implantado han hecho una adaptación «a medida».Los pacientes se clasifican en 5 niveles de gravedad en función del motivo de consulta, síntomas y signos y la evaluación de constantes. Cada uno de estos niveles determina el tiempo máximo en el que idealmente habría que atender al paciente, así un paciente con un nivel 1 necesita una atención inmediata para recuperación vital (por ejemplo sería el caso de una parada cardio-respiratoria) mientras un paciente con nivel 5 que por ejemplo puede tener una lesión en la piel de varios días de evolución puede esperar por más tiempo en la sala de espera. Buscando en internet he encontrado que en algún país el sistema de clasificación se utiliza además de para optimizar el tiempo de espera, para gestionar el copago de la asistencia en Urgencias en la sanidad pública (los niveles 4 y 5, al ser motivos de consulta que se podrían demorar o asistir a nivel de primaria, deben abonar una cantidad por la visita).
Pareceré una pesada comentando post pasados con mis anécdotas, pero no por eso me lo voy a guardar 🙂
Bajo mi experiencia te diré que aún hay sitios dónde lucen papeles que expresan con claridad "LAS URGENCIAS SERÁN ATENDIDAS POR ORDEN DE LLEGADA", hasta tal punto que hace un mes mi madre, de 78 años se cayó rompiéndose el hueso principal de la nariz y abriéndose una brecha en la frente a la que le tuvieron que dar 13 puntos (ya te puedes imaginar la enorme hemorragia que tenía).
Cuando llegamos informamos también de que le dolía mucho la rodilla izquierda y que tenía una prótesis (por si pudiera tener alguna complicación).
Pues nos hicieron esperar hasta que casualmente salió el médico e indignado la hizo entrar mientras en la sala de espera gente que conversaba alegremente sin grandes dolencias aparentes se quejaban de favoritismo. El doctor en toda la consulta no hizo más que decir que le parecía increíble haber estado atendiendo a una mujer a la que le picaba la garganta, otra que tenía mocos y otra que tenía un eccema desde hacía una semana mientras mi madre estaba en ese estado.
Y después otro lío para la radiografía craneal y de rodillas, otra vez a la sala de espera hasta que otra doctora (que simplemente pasaba por allí) miró el papel y le dijo a la enfermera que la bajaran inmediatamente a rayos que los posibles esguinces podían esperar un poco más que un golpe en la cabeza.
Ya ves, al final, por suerte, no fué nada, pero a mí me resultó muy chocante lo del orden de llegada, por que como bien indica este protocolo no será lo mismo un infarto, que una herida sangrante abierta o una tos.
Saludos.
Ana